Y Volver a empezar
Y la vida volvió a surgir de la nada. De los mismos
desechos humanos. De miles y miles de toneladas de basura expulsada al espacio
de la mano del hombre.
Había nacido otro creador. Otro creador de Mundos. Pero
esta vez no era un Dios, sino el mismísimo ser humano que buscando la "regeneración"
de la Tierra para poder subsistir tras cientos de años acumulando basura, había
expulsado de ella miles y miles de componentes distintos al espacio exterior.
Lugar ya no había en Pangea para acumular tantos
desechos. Su última esperanza: lanzarlos al infinito. Deshacerse drásticamente
de ella. Y ante este acto, el infinito termino respondiendo Comme d´habitude.
Materia y energía procedente de nuestro planeta, de
aquel planeta donde un día surgió la vida sin aparente explicación volvía a
entrar en el juego de la creación, esperando que la situación óptima se
concibiera en algún otro lugar del cosmos.
Materia orgánica de todo tipo. Metales, gases, y
tierras raras entre otros se expandían por el hiperespacio buscando su lugar en
el puzzle del universo para un óptimo desarrollo. Una “sopa” variada se expandía con origen la Tierra, a
solo Dios sabe dónde.
Quizá fue el Silicio está vez la pieza clave y no el
Carbono para la química orgánica de la nueva Terra... O algún tipo de bacteria
en letargo encontró su lugar adecuado. Quizá un virus inocuo terrestre en
condiciones específicas desarrolló su material genético hasta límites
insospechados.... Chi lo sa...
La cuestión es que todo estaba preparado para que a su
llegada a aquel exoplaneta, la vida se desarrollara de una manera totalmente
distinta a la conocida. Y así fue.
La coctelera, condiciones y elementos eran bien
diferentes... Así como el tipo de energía, por lo que esta vida iba a ser
extremadamente distinta.
En el año 3000 de nuestra era, el hombre como último
recurso a su existencia, empezó a expulsar del planeta Tierra mediante grandes
contenedores espaciales a la deriva, toda aquella basura generada por su
inconsciencia, imposible ya de acumular.
El hombre, aquel animal que destacó en técnica durante
su presencia en la Tierra, se había comportado como un virus ante ella. Había
destruido a su “Madre” por su propia insensatez. Aquella madre que le había tratado con tanto
cariño y a la que él, había explotado al máximo.
La suerte estaba echada, Nuestro globo no sobreviviría
al inoportuno virus, pero este virus, el hombre, en sus últimos coletazos de
vida, intentado sobrevivir, comenzó a expulsar sus excrementos. Y de esta
manera, su acto operó cual germen de vida en otro lugar de la galaxia.
Y sin quererlo, el hombre se convirtió en el nuevo
creador a millones de años luz de su universo conocido, siendo a su vez, el destructor de la vida de
su querido planeta Tierra.
Un Chat Andalou
No hay comentarios:
Publicar un comentario