Y hubo un día en que fui Arturo
gobernando mi pequeño imperio.
Y senté a la tabla sin criterio
marcando este hecho mi futuro.
Y como espada la lengua usé,
e hice a Merlin mi alter ego,
presto a buscar el grial con apego
yo mismo la búsqueda impulsé.
Cabalgué cual ávido vagabundo,
crucé con ahínco países y mares
y llegué al cementerio del mundo.
Pregunte pues, en tabernas y bares
y tuve que pisar el inframundo
para alcanzarlo en aquellos Lares.
Un chat Andalou
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