El pájaro mágico
de Granada
Existe
en Granada un lugar mágico. Uno de los pocos parajes que aún nos ha llegado del
tiempo de las hadas y los elfos, y que sigue casi intacto.
Aunque pocos son los
que conocen su secreto, si paseas por él, puedes ver pistas de lo que fue y es aún.
Hace
muchos muchos años, cuando la tierra estaba habitada por seres mágicos, un
trocito de Granada era increíblemente especial. De allí, brotaba un manantial hechizado,
agua que daba propiedades únicas a los seres que allí vivían. Animales que
hablaban y cantaban como los hombres, gnomos, elfos y gigantes vivian cerca de
él, e incluso los reyes magos de oriente, lo utilizaban como una de sus paradas
obligatorias a la hora de recargar fuerzas en su viaje de Navidad.
Con el
paso del tiempo, y el dominio de los humanos de la tierra, la ciudad de Granada
se fue colmatando de casas. Los hombres, construyeron por su alrededor, pero
una fuerza especial hizo que aquel lugar se conservara. La leyenda de lo que
fue aquel emplazamiento se fue perdiendo con el paso de los siglos, y donde
brotaba aquella agua especial, se hizo una fuente. Fuentenueva le llamaron los
humanos.
Aunque
los hombres no conocían su poder, el lugar conservó algunas de sus propiedades,
y es por ello que sobrevivió a la aglomeración de casas y pisos, quedando como
uno de los pocos reductos verdes dentro de Granada. Y aún sigue con algunas de
aquellas cualidades mágicas, pero los ojos de los hombres no están preparados
para verlas. Hay que mirar muy muy bien lo que allí ocurre, sobre todo, por las
noches.
Somos
muy pocos los ancianos que conocemos la leyenda. Allí, al llegar las noches de
luna llena, salen gnomos y seres fantásticos, aunque cada vez queden menos, pero
no pueden abandonar lo que queda de jardín. Aquello que en su día fue un
frondoso bosque.
Se
dice que, si lo abandonan, aquellos seres se convierten al amanecer en lo
primero que toquen.
Entre
las piedras que hay en él, aun podemos observar algunos seres muy muy antiguos
e incluso el cuerpo de un gigante que en su día intentó salir de allí.
Pero
hubo uno que casi lo consigue. Un pequeño gorrión mágico que hablaba y cantaba
como los ángeles, cansado de no tener ya a nadie con quien hablar esas pocas
noches, intentó engañar a la profecía.
La noche de navidad del año 2010, salió
volando intentando no tocar nada, pensaba llegar a Irlanda, país donde un
pequeño duende le había contado que aún quedaban bosques donde ellos podían
vivir en libertad, pero muy pronto se cansó y quiso volver a casa, no contaba
que, para llegar allí, necesitaba una fuerza en las alas con la que él no
contaba. Con muy pocas energías ya, se posó en un banco cercano al jardín y
allí quedó, transformado en lo primero que tocó. En el frio metal que es el
hierro fundido. No obstante, hay quien dice, que algunas noches de luna llena
se le oye cantar maravillosamente.
Cuenta
también la leyenda, que aquel que encuentre el pájaro y le frote el pico, si no
es de Granada volverá a ella otra vez y si es de nuestra ciudad, le concederá
un deseo.
Le fou andalou.
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