Buenos días a todos, Aquí os dejo información sobre mi próxima
exposición que tendrá lugar en el Colegio de Arquitectos de Málaga.
La inauguración será el próximo día 7 de Diciembre Viernes.
Se expondrán mas de 50 sketchers de Italia
dibujados todos in situ a excepción de las Acuarelas.
Espero sea de vuestro agrado!!!! (Bajo el cartel tenéis una reseña de la Exposición).
Cartel de la EXPO en Málaga |
Biografía Saul Meral
Saul Meral nació en Granada en 1977; de padre sacerdote católico y madre licenciada en Química.
Cursa un año en Málaga, Ingeniería Técnica en Telecomunicaciones, pero no era su vocación, así que decide trasladarse de nuevo a Granada para empezar Arquitectura.
Desarrolla su atracción por la Arquitectura clásica en sus viajes familiares por España interesándose por su geografía, costumbres, Catedrales e Iglesias. Desde joven fomenta sus instintos artísticos matriculándose y obteniendo el título de Arquitecto en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Granada.
En esta etapa de su vida viaja por toda Europa; residiendo un curso en la Escuela Nacional de Arte e Industria ENSAIS, en Strasbourg gracias al programa Erasmus de intercambio de estudiantes.
Colaboró en el estudio de arquitectura de la Elisa Valero, y también realiza una colaboración puntual con el Arquitecto Antonio Jiménez Torrecillas (Ambos profesores de la UGR).
Obtuvo una beca de colaboración y apoyo al PFC —Proyecto Fin de Carrera— en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Granada.
Ha participado en varias exposiciones de sus trabajos en Granada, exponiendo pintura abstracta, fotografía y proyectos arquitectónicos.
Asiduo lector, plasma sus inquietudes cuando puede en diferentes medios de comunicación —ha publicado artículos de opinión en medios tanto a nivel local como nacional con su nombre o pseudónimo—.
Completa sus estudios de Arquitecto con un Master en Urbanismo, así como el Master de Paisajismo, Jardinería y espacio público, convocado por la Universidad de Granada que termina con la calificación de Sobresaliente; y por el cual realiza una estancia en la Escuela de Arquitectura de Roma: -Roma Tre-.
En Roma participa tres meses en el Master Architettura/Storia/Progetto dirigido por Francesco Cellini y Maya Segarra. Y es Roma el escenario donde se gesta este Cuaderno de Dibujos que aquí se expone.
—reseña sobre la exposición—
—exposición de dibujos—
—Roma e dintorni: cuaderno de un viaje—
—Saul Meral—
Saúl es un hombre del Sur: generoso y desprendido. De carácter sereno y pacífico:
se encoje de hombros ante lo más grande. Camina despacio, pero avanza muy
rápido; su creatividad la desarrolla bien sea en el campo de la Arquitectura, el
paisajismo, la pintura abstracta o los dibujos del cuaderno de viajes que ahora nos
presenta. De mirada afilada y aspecto robusto, sin embargo su centro de gravedad
se ha desplazado a su mediana, que le suaviza el aspecto y le convierte en un
hombre entrañable y cercano. Y, como es natural, no persigue al tiempo: lo controla
y lo moldea en sus espesas manos. A veces lo olvida completamente. Y cuando
dibuja, lo inmortaliza en el papel. Saúl es un hombre de actos sencillos: ha sabido
reconciliar, de una forma natural, el placer y la austeridad. De ascendencia
cordobesa y crianza granadina, estaba genéticamente predispuesto a ello.
El arquitecto, de algún modo, se asemeja a esos dioses bi-frontes —como Jano, el
mitológico Dios romano—: uno de cuyos rostros aprendía del pasado, y el otro
rostro, de frente, encaraba el porvenir. Ahí residen la ventaja y el riesgo: la ventaja
de conocer los precedentes y el riesgo de proponer algo nuevo. No todo ha de ser
improvisado. Nadie puede avanzar, sino recordando. Saúl lo sabe, y ha
cartografiado ese mismo paisaje de Roma que le acogió durante unos meses en un
Cuaderno de viaje imprescindible.
Dibujar es una manera de atrapar un lugar —su luz, su energía, su memoria, sus
costumbres— y, de algún modo, hacerlo nuestro. El dibujo es también la proyección
de nosotros mismos sobre una realidad; una manera de contar y descubrir su
historia. Este bloc de dibujos, es un viaje exploratorio hacia ese paisaje en continuo
proceso. No pretende ser una aproximación definitiva a Roma, ni desde luego es la
única, pero ahí reside el interés de su acción: colocar su carta sobre el mazo previo
que otros tantos antes ya conformaron. Una más. La suya.
Todo es distinto bajo una luz distinta. Cuando se visita Roma, no hay que llevar luz
propia. Hay que dejar que la suya nos invada. Que nos envuelva y nos perdone. Así
hizo Saúl, sin un orden metódico ni aferrándose a un periodo de la historia, ha
delineado un itinerario personal, que pone en contacto la identidad y la memoria
de Roma, descubriéndonos algo más que la impronta de su imagen: desde su
arquitectura contemporánea a sus paisajes en ruinas; desde arquitectura
representativa, a modestas construcciones. Todo ello, con la ayuda de un GPS —y
con algunas instrucciones de algún colega desde España—. Ha hecho de la
contingencia en el viaje, un aliado a su favor.
El trabajo que aquí se expone, pretende ser el cuaderno de un viajero generoso que
camina por el mundo con la mirada ingenua del que se acerca por primera vez; y
con la ambición de quien quiere poseerlo. Vivirlo y contarlo. Con los ojos bien
abiertos, inmortaliza en su cuaderno las mejores ideas de los mejores arquitectos.
Se comporta como un cazador de atmósferas. Decía Meryl Streep que su trabajo
como actriz era «recopilar experiencias y devolverlas al mundo»; el trabajo que nos
presenta Saúl, y que nos regala a través de esta exposición, nos devuelve toda su
experiencia, sus paseos y su tiempo. Nos acerca lo lejano. Nos recuerda lo vivido. Y,
en efecto, nos trae esa luz de Roma a Málaga.
propia. Hay que dejar que la suya nos invada. Que nos envuelva y nos perdone. Así
hizo Saúl, sin un orden metódico ni aferrándose a un periodo de la historia, ha
delineado un itinerario personal, que pone en contacto la identidad y la memoria
de Roma, descubriéndonos algo más que la impronta de su imagen: desde su
arquitectura contemporánea a sus paisajes en ruinas; desde arquitectura
representativa, a modestas construcciones. Todo ello, con la ayuda de un GPS —y
con algunas instrucciones de algún colega desde España—. Ha hecho de la
contingencia en el viaje, un aliado a su favor.
El trabajo que aquí se expone, pretende ser el cuaderno de un viajero generoso que
camina por el mundo con la mirada ingenua del que se acerca por primera vez; y
con la ambición de quien quiere poseerlo. Vivirlo y contarlo. Con los ojos bien
abiertos, inmortaliza en su cuaderno las mejores ideas de los mejores arquitectos.
Se comporta como un cazador de atmósferas. Decía Meryl Streep que su trabajo
como actriz era «recopilar experiencias y devolverlas al mundo»; el trabajo que nos
presenta Saúl, y que nos regala a través de esta exposición, nos devuelve toda su
experiencia, sus paseos y su tiempo. Nos acerca lo lejano. Nos recuerda lo vivido. Y,
en efecto, nos trae esa luz de Roma a Málaga.
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