lunes, 25 de enero de 2016

Castell de Ferro (dibujos con Photoshop)

Os dejo con estos "trasteos" que realicé hace unos meses con el photoshop:

Castell de Ferro (año 2015)

Fortificación de Castell de Ferro (2015)

Castell de Ferro (Año 2015)

jueves, 7 de enero de 2016

"Galaxy and jets" Serie -Minimalismo Abstracto- "Minimal Cosmos in action"

Os dejo esta otra pintura que no fue subida en su dia.
"Galaxy and Jets" en lienzo de 70x70 cm, tecnica mixta sobre lienzo.

Pertenece a la serie "Minimal Cosmos in Action". (Para ver la Serie Completa PINCHA AQUÍ.)

Galaxy and Jets
 Un chat andalou

"SOL DESDE HUBBLE" Serie -Minimalismo Abstracto- "Minimal Cosmos in action"

Hoy os dejo esta ultima pintura recien creada.
Como muchos sabreis, el Cosmos es una de mis obsesiones

"Sol desde Hubble" en lienzo de 70x70 cm, tecnica mixta sobre lienzo.

 Pertenece a la serie "Minimal Cosmos in Action". (Para ver la Serie Completa PINCHA AQUÍ.)

Sol desde Hubble
 Un Chat Andalou

Cuentos de Navidad

Ya son dos los años que participo en el especial de Navidad que publica el Diario Ideal de Granada con sendos cuentos que continuación os muestro, con mi nombre o seudónimo.
aquí os los dejo:


Sus queridos fantasmas


Empezó siendo uno, pero poco a poco, año a año, a Eva se le fue apareciendo cada vez más gente. Apariciones puntuales cargadas de gran emoción, incrementándose cada vez más con el tiempo, mes a mes, año a año. Al principio, el hecho de verlos le provocaba un miedo atroz, el miedo le invadía por todos los poros de su piel, pero esa sensación fue pasando poco a poco hasta acostumbrarse a ella, desaparecer, e incluso desearla en ocasiones. 
Juan de Dios, su ex compañero de clase fue el primero siendo ella aún muy niña. Eva paseaba por la calle de la mano de sus padres, no alcanzaba a tener más de 12 años, de repente, al caminar por la Gran Vía vio la cara de Juande reflejada en un muchachito que andaba junto a su familia al cruzarse en su deambular. Fueron solo unos segundos, el muchacho la miró y ella sintió la presencia de su amigo estremeciendo esta su pequeño cuerpo. No pudo dormir bien esa noche pensando en él, algo le decía que Juande le había hecho una señal. Su pequeña edad no alcanzaba a entender esa sensación nunca percibida. 
Después de Juande vinieron más, muchos más se "presentaban" por la calle, y conforme pasaban los años el número crecía, decreciendo las apariciones de los primeros y aumentando siempre en frecuencia los más recientes. Después de Juande vino Andrés, Jaime, Ramón, Carlitos, José Carlos, algunos familiares y ahora sus Antonios... comenzó a entender que el número crecería conforme pasara el tiempo... De esta máxima se dio cuenta ya a sus 17 años. Ley de vida. 
La pauta era bien sencilla, cuando alguno de sus amigos por desgracia abandonaba este nuestro mundo, las primeras semanas e incluso meses, veía sus caras y gestos en gente puntualmente reflejada por la calle. Perfiles, maneras de andar, gestos... Eran décimas de segundo que le traían a la mente miles de recuerdos. Sensaciones que hacían que su corazón latiera profundamente, haciendo muchas veces que de sus ojos brotara alguna lagrima… y llegó la Navidad, y entendió que nunca más volvería a ser como las de antes. 
Eva, habiendo alcanzado ya la edad de 23, pasaba por una de las etapas más duras hasta entonces en su corta vida. Su abuelo, su querido abuelo al que le unía un lazo muy especial había fallecido hacía pocos meses y aun se encontraba pasando el duelo. Le costaba salir de casa debido a la tristeza de esta perdida, sus familiares más cercanos le empujaban a salir y divertirse pero ella no se encontraba aun con fuerzas. Las obligaciones le hicieron salir, debía comprar los juguetes de sus sobrinas y esto lo debía hacer en persona. Se armó de valor, pisó la calle por primera vez en semanas y se dirigió al centro de su ciudad y allí lo vio. Lo vio en mil caras, era él, y se alegró, y se sobrepuso, y comprendió que a partir de entonces, cada vez que viera por las calles la figura del entrañable Papá Noel, con su pelo canoso y larga barba blanca, vería y recordaría las miles de vivencias que pasó con su abuelo… y por fin, después de meses… suspiró.
 
Saul Meral Bernal




Reyes Magos


La navidad se acercaba y mi pareja y yo por primera vez y empujados por la tan conocida crisis la íbamos a pasar en un país muy distinto al nuestro, y lo peor de todo, sin los nuestros.
En estas gélidas tierras, la navidad se palpa mucho antes que en España. Seguramente el frio y la nieve alimenten esa sensación que tenemos todos sobre la Natividad, pero para nosotros, lo que en muchas casas de nuestro país simboliza alegría y esperanza se tornaba tristeza y añoranza por la lejanía de los nuestros y lo nuestro.
Aquí, a las cuatro, la noche es casi cerrada y el frio es casi insoportable. Aun llevábamos poco tiempo en este norte casi polar y nuestras ropas “granadinas” no eran las adecuadas para este gélido clima. La gente bebe vino caliente con especias, y salvo algunos mercados navideños, las calles están desiertas a unas horas en la que en nuestra tierra el bullicio es palpable.
¡Ay! ¡Cuánto daríamos por pasarlo con los nuestros!
Las tardes en casa se hacían largas imaginando ambos que hacían nuestras familias mientras esperábamos la ansiada llamada española diaria. No pasábamos mucho tiempo al teléfono por el coste, pero lo suficiente para que tras ella, alguna lagrima callera.
Pero un día, algo interfirió en la cotidianidad. En el buzón encontramos carta, y tras esa carta muchas más. Hacía tiempo que no le dábamos tanta importancia a la palabra escrita por el puño. En la época de los Email, una simple carta que antaño era algo tan normal, se volvía perla en el mar. Cartas y Christmas de familiares y amigos nos daban una energía “mágica”.
Y tal como dicen, que antes de que un meteorito de cierta entidad caiga a la tierra es precedido por gran cantidad de polvo de estrellas, aquellas cartas antecedían al gran meteorito.
Un mágico día, al llegar a casa lo encontramos en la puerta. Siempre recordaré aquel día tan especial y único como el día en el que realmente constaté la existencia de los verdaderos Reyes Magos.
Allí, entorpeciéndonos el paso se encontraban dos grandes cajas inesperadas con matasello español. Desde luego, los Reyes son los padres y ellos no se habían olvidado de nosotros mandándonos gran cantidad de “tesoros”. Aquella navidad no faltó el jamón, mazapán ni turrón, ni un sinfín de detalles que nos la hicieron especial y mágica.Aun estando a miles de kilómetros, en aquellas fechas un poquito de Granada se encontraba en nuestra casa dándonos alegría y fuerza.
Desde luego que los Reyes Magos son los padres, y aquella Navidad nos dimos cuenta de verdad.
 

Nuria Díaz López