viernes, 22 de julio de 2016

El niño sioux y el águila

Generalmente para dormir a mis hijos les suelo contar un cuento. Como me gusta ambiertar la habitación a oscuras para que se relajen antes, no puedo leer ninguno y debo inventarmelos.
Muchas veces "tiro", de peliculas, otras de mitología, mezclo ambas, o directamente invento.
Esta semana sin buscar nada en concreto pero si con la tematica de los Indios, que me pedía mi hijo pequeño, me surgio esta fabula.
A mi hijo le gusta bastante y me la pide.
Espero que tambien os guste a vosotros.


El niño sioux y el águila
 

Cuenta la leyenda, que en las llanuras de Dakota vivía una tribu de sioux que generalmente cultivaban, y cazaban el bisonte solo cuando lo necesitaban para comer.

Un día, el jefe sioux llamó a su pequeño hijo y le dijo:
-Niño sioux, tienes que realizar una prueba.
-¿Qué prueba papá?
-Debes subir las Colinas Negras y traerme un huevo de águila.
-¿Un huevo de águila papá? ¿Para qué?
-Hijo, no preguntes y tráeme el huevo.

El niño sioux, corriendo, cogió su caballo para hacerle caso a su padre, y cabalgó y cabalgó por las llanuras hasta llegar a la montaña. Allí, cuando su caballo ya no podía subir más, se bajó, pero no lo ató a nada. Sabía que la montaña que tenía que escalar era peligrosa. Si él no volvía, el caballo podría volver solo a su poblado.

El niño sioux, escaló la montaña con mucho cuidado, pero con gran rapidez. Aun siendo bastante alta, no tardó mucho en alcanzar la cima. Allí, tras varias horas buscando, encontró un nido de águilas con tres huevos.

Estaba ya el niño sioux a punto de coger uno y guardarlo en una especie de zurrón hecho en cuero, cuando de repente, el papá águila bajo del cielo y se dirigió veloz a su nido.

Nada más posarse, le dijo al niño:
-Niño sioux, niño sioux, ¿Por qué quieres llevarte uno de mis huevos?
-Debo hacerlo, señor águila. Mi papá me lo ha pedido.
-Pero niño sioux. –Respondió el águila. –Si te llevas uno de mis huevos, perderé a uno de mis bebes. Su madre y yo nos pondremos muy tristes. ¿Qué quiere hacer tu padre con mi huevo?
-No lo sé, señor águila, él solo me ha pedido que lo lleve a la tribu.
-Pero niño sioux, si te llevas uno de mis huevos, perderé a uno de mis hijos. ¿Lo has pensado?
-Es verdad papá águila, creo que no estaría bien.
-Te propongo un trato niño sioux, -Le dijo el águila, -si no te llevas mi huevo, te daré la pluma más grande y colorida que tengo. Quizá eso también le guste a tu padre.
-Me parece buena idea señor águila.
Y así pues, el papá águila con su pico, tomó una de sus mayores plumas y se la dio al niño sioux.


El niño, la guardó en su zurrón, aunque siendo tan grande, sobresalía bastante de él. Bajó corriendo la montaña a la que todo el mundo llamaba Colinas Negras. Cogió su caballo que pastaba tranquilamente y volvió cabalgando veloz a su poblado.

Allí, se dirigió al tipi de su padre, el jefe de la tribu, y nada más verlo, su padre le dijo:


-Niño sioux, niño sioux, ¿me traes en tu zurrón el huevo del águila como te pedí?
-No papá, no he podido.
-¿Es que no has encontrado ningún nido? ¿Sé muy bien que allí vive una familia de águilas?
-Si papá, lo encontré. Tenía tres huevos, y estuve a punto de coger uno. Pero llegó el papá águila y me hizo ver que si cogía uno de sus huevos, perdería uno de sus hijos, y no pude hacerlo.
Pero papá, -Le dijo el niño emocionado. -te traigo algo que me dio el águila, quizá también te guste.

Y de su zurrón sacó la gran y colorida pluma que le había dado el águila.

-¿Qué te parece papá?¿Te gusta? –Si mucho.
-Y ¿No estás enfadado conmigo por no haberte hecho caso?
-No hijo, has obrado bien. Yo me puedo equivocar a veces, y no siempre tengo razón. Ha llegado el momento en que tú debes tomar ya tus propias decisiones, y saber por ti mismo que es lo que está bien y está mal.


Esta era la prueba. Desde este momento ya no eres un niño. Ya te has hecho un hombre.
El pequeño sioux se puso muy contento por no haber defraudado a su padre y haber obrado bien conforme a su corazón.
Desde entonces, al niño sioux todo el mundo lo llamó en la tribu waŋblí, que significaba “águila dorada”.


Por cierto, se dice, que desde aquel momento, todos los jefes de esta tribu llevaron la pluma que trajo el niño indio en su cabellera, en señal de respeto al águila.


Saul Meral