sábado, 27 de junio de 2009

FACHADISMOS



Es una pena, que al pasear por nuestra ciudad, podamos observar la gran cantidad de edificios antiguos que se encuentran en mal estado. Poco sabemos de lo que pasa en sus “cocinas” pues lo único que nos muestran al paseante son sus fachadas.
Dos son los métodos mas utilizado para adecentar sus presencias en la calle. El primero y mas económico, el chapucero: una manita de pintura, unos retoques en fachada y aleros…y a volar, nadie se va a enterar del estado tan pésimo en el que vivimos pues lo importante es que nuestro bloque luzca bien y se de buena imagen.
El segundo método, el más antinatural, el más caro y el que todos conocemos: el método de la fachada. Tan simple como vaciar el edificio entero para solo quedarnos con su “cara”. Haciendo una similitud con la ciencia médica, seria algo tan radical como quedarnos con la piel de una persona para “rellenarla” con lo de otro. ¿A nadie se le ocurriría no???
Ese fachadismo, que llega a España a finales del siglo 19 de la mano del Barón Haussmann, nunca estuvo en nuestra cultura. Nosotros, herederos de la tradición mediterránea, centrábamos nuestra manera de habitar hacia el interior, hacia el patio.
La noción de monumento histórico, se refiere no sólo a las grandes creaciones sino también a las obras modestas que han adquirido con el tiempo una significación cultural. (Carta de Venecia 1964). Es por ello por lo que abogo por la restauración COMPLETA de aquellos edificios que consideramos de interés general ya sean de carácter público o privado, dotándolos de una situación útil y funcional, pues debemos transmitirlos con toda la riqueza de su autenticidad a las generaciones futuras. Y si de verdad no existe interés arquitectónico, que se tire entero.

jueves, 25 de junio de 2009

ALBAICIN OLVIDADO


Tras la expulsión de la población judía de granada, allá por el 1492, Fernando el católico manda demoler el barrio de la judería, (barrio del realejo), iniciando así una importante transformación urbana de nuestra Granada. A partir de este momento, el objetivo fundamental de los pobladores cristianos es transformar la ciudad en una ciudad castellana, adaptar los espacios y calles a sus nuevos usos y costumbres, quisieron destruir todo elemento propio de la ciudad musulmana, sobre todo la estrechez y el laberinto callejero.

¡Gracias a Dios! Y nunca mejor dicho, el objetivo no fue conseguido, la trama urbana se conservó, aunque eso de adaptar los nuevos usos y costumbres “cristianos” a dicho entramado árabe, aun está por llegar.

Hace unos veranos, he tuve la posibilidad de descubrir la ciudad de Atenas, punto de encuentro entre oriente y occidente, como fue Granada en su día, y ciudad de encuentro de culturas, origen del pensamiento occidental. Allí, el barrio de Plaka, (el cual se podría comparar con nuestro albaicin) de viviendas cúbicas, encaladas y de tortuosas callejuelas, forman parte de la herencia que dejaron los habitantes de Anafi, una isla de las Cícladas, que fueron utilizados como mano de obra barata en la construcción de Atenas después de la independencia. Su belleza destaca especialmente, cuando las paredes de sus diminutos jardines aparecen cubiertas de latas de aceite pintadas de vivos colores, convirtiéndose en improvisadas macetas desbordantes de flores. Donde las parras, cubren partes de calles, procurando sombra en las horas más calidas, donde en todos los típicos bares, lo primero que se hace nada más sentarse el cliente, es llevarle un buen baso de agua fresquita y después es cuando se le pregunta que es lo que quiere tomar. Y a cada paso, una pequeña tienda, de artesanía, joyas, o lo que sea, porque para gustos no hay nada escrito.

Ahí esta la diferencia con nuestro albaicin, todas sus calles tienen vida, pues generaciones y generaciones de personas han seguido viviendo y “usando” este barrio. Y es que el mejor uso para un lugar de estas características es el de “zoco”, pues esto atrae a la gente, y gente es lo que necesita el barrio, pues la carencia de vida lo llega a hacer inhóspito, mas que pintoresco estando en cada esquina expuesto a cualquier peligro, como el intento de atraco al que nos vimos expuestos varias personas el pasado sábado, pero eso los guiris ya lo saben, vienen con el cuento aprendido de su país, pues hasta se lo dicen los guías. Pero muchos siguen cayendo y si no que le pregunten a la policía.

Nosotros seguimos con lo nuestro, intentado, mantener esa foto idílica y pintoresca del albaicin, intentando conservar dicho lugar que no es poco, pero, olvidando cosas, como las que ya decía John Ruskin, escritor, critico de arte y sociólogo en el siglo 19: el principio de los tiempos modernos, aplicado sistemáticamente por los constructores y promotores, consiste en descuidar los edificios y luego restaurarlos, para así dar trabajo.

miércoles, 24 de junio de 2009

Anillo Verde si, Parque del milenio, no


La vega, elemento orgánico sustentador de nuestra ciudad en tiempos de antaño, se está perdiendo.
Esa imagen idílica de gran verdor que describía Washington Irving a su entrada en el valle, terminará por ser solo un recuerdo de lo que alguna vez fue y perdimos. Debemos replantearnos su futuro, analizar diferentes posibilidades.
¿Por qué conformarnos con un 'Parque del Milenio', como se está escuchando ultimamente y olvidar nuestros orígenes agrarios, alterar la esencia de nuestra vega?
La potenciación de la agricultura, debe ser objetivo principal si queremos conservar la vega como tal. Eso, y el freno drástico de la especulación, en un área circundante a la ciudad, como ya se hizo en el pasado con el anillo verde de Londres.
Debe ser fundamental entre otras cosas potenciar la vegetación autóctona de la zona, teniendo en cuenta las características de la misma. Intentar (apoyado en estudios hídricos) sacar el mayor provecho a las acequias existentes de grandísimo valor,.
Resulta muy interesante observar, y en países bastantes industrializados y grandes importadores agrícolas, como Francia o Alemania, la agricultura y por tanto naturaleza se encuentra muy presente en la ciudad.
Existen experiencias muy interesantes llevadas a cabo en estos países desde hace bastantes años denominados "jardines familiares". Experiencias que han sabido integrar la agricultura en la sociedad, apoyándose en la participación de ésta:

- Jardines solidarios: donde pequeñitas parcelas son cedidas por un tiempo a gente con necesidades económicas, así pues se favorece la autoproducción, siendo apoyados por personal cualificado que les ayuda a aumentar su productividad.

- Jardines de desarrollo social urbano: Donde solares intersticiales dentro de la ciudad son cedidos a asociaciones vecinales para su cuidado. Así, se consolida el tejido social del barrio, mejorando el cuadro de vida de los habitantes, dotándolos de responsabilidades.

- Jardines escolares/culturales: que potencian la educación y disfrute de la juventud. Realizando una sucesión de espacios temáticos, potenciando así el comienzo a la jardinería.
Debemos generar actividades que potencien el disfrute de los granadinos por su vega, hoy en día tan lejos, pero tan cerquita, osea, un 'beneficio público de lo privado'.

SECADEROS "SECOS"















Cada vez se van viendo menos y los pocos que aun nos quedan se degradan a pasos agigantados. Y es que las retiradas de subvenciones al tabaco -y el poco futuro que le queda en Granada- hacen que esta magnífica arquitectura vernácula propia de nuestra ciudad -donde la máxima del arquitecto Mies Van der Rohe se cumple: «Menos es más», ya que con los mínimos materiales se hacían verdaderas historias de arte- se están perdiendo a paso desmesurado.

Si queremos revalorizar la Vega no podemos olvidarnos de estos edificios. Rehabilitarlos, darles nuevos usos, atrayentes a las personas, bibliotecas, bares, salas de arte lo que sea. En otras ciudades tienen como atractivo turístico eslóganes como «la ruta de los vinos». ¿Por qué no podríamos tener nosotros la ruta de los secaderos?. Por favor no nos olvidemos de ellos, que perderemos una magnífica obra de arquitectura del mínimo material.