Desde pequeño, el canto del Mirlo en primavera me ha
fascinado. Es el mas particular de mi jardín, y el que he intentado imitar
desde que tengo uso de razón y se silbar.
Cerca de mi edificio siempre han existido varias parejas,
por lo que su canto ha sido constante desde que comenzaba la mañana. Me he dado
cuenta de que si los machos están relativamente cerca su canto incluso llega a
parecerse.
Como he dicho, desde que se silbar e intentado imitar este
reclamo desde mi balcón. Llegaba a creer que podía tener comunicación con ellos,
ya que tras parar yo, comenzaba él, y al parar él comenzaba yo… así podía
tirarme el tiempo que quisiera, según lo aburrido que estuviera. Nunca he
sabido si era intercomunicación o simple casualidad.
Debido a este particular canto, fácil de emular para mí, siempre
he “buscado comunicarme con ellos” pero lo que ha ocurrido este año ha sido
sorprendente y quiero que seáis participes de esta peculiar historia:
Mi abuelita, una “malagueña salerosa” como se autodenomina
ella, va ya para los 92 años.
Sale poco de casa y sola nunca. La mayoría de horas del día
si es soleado se la pasa en la terraza de un tercero con vistas (gracias a
Dios), a un jardín.
Tengo la enorme suerte que desde mi balcón se ve el suyo,
por lo que, aunque no estemos juntos todo el tiempo que quisiera, la tengo muy
presente ya que desde mi casa la veo y podemos saludarnos desde la distancia
agitando las manos.
Ella, se “inventó” una melodía silbada hace pocos años para
llamarme y cuando la escucho se que es ella, salgo a la ventana o balcón y nos
saludamos agitando los brazos a la distancia.
La melodía de mi abuelita es muy peculiar y algo larga. No
es un simple y sencillo silbido. Es casi canción. Ella la hace, y yo le
contesto con el mismo tono. Reímos, nos saludamos, y volvemos cada uno a lo
suyo.
Pero el hecho que de verdad hace interesante y curiosa esta
historia es que este año, los machos de Mirlo que hay en nuestro barrio,
“cantan por mi abuela”!!!!!.
Se ve que de tanto repetir mi abuelita la “copla”, la han
copiado y la han hecho suya como reclamo.
Mi abuelita, esta señora tan viva que siempre ha irradiado
alegría, ¡¡¡ha conseguido enseñarle una canción a los pájaros de mi jardín!!!.
La naturaleza es maravillosa. Y esta primavera más.
Es encantador, oír por la mañana a los mirlos “cantar por mi
abuelita”.
(Basado en una historia
real)
Pincha aqui si quieres oir el canto de Mirlo AQUI
Le Fou Andalou.- Granada, Verano 2018
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